Antes de comenzar con el lavado, es importante que peines bien toda la melena. Empieza por las puntas y sigue en los tallos y el cuero cabelludo. Así, se desprenderán los cabellos sueltos, se elimina el polvo y todos aquellos restos de productos capilares adheridos a las cutículas. Con este sencillo paso, empezarás a activar la circulación del cuero cabelludo.
Empapa el pelo con agua tibia y después escúrrelo con suavidad para retirar el exceso de agua. A continuación, reparte el champú de forma homogénea. Te resultará más fácil si primero viertes su contenido entre las manos y después lo depositas en la cabeza con ligeras presiones. Añade un poco de agua y masajea con las yemas de los dedos (nunca con las uñas). Repite movimientos circulares, desde la nuca y pasando por detrás de las orejas hasta las sienes y la frente. Lava durante 2-3 minutos y aclara muy bien.
Las claves de un lavado perfecto
Poco champú: si te excedes demasiado, el pelo quedará mate y áspero. Es mejor aplicar poca cantidad e ir añadiendo agua durante el lavado para que forme espuma.
Mucha agua: en las melenas rizadas y abundantes es más fácil que queden restos de champú. Acláralos con abundante agua y en todas las direcciones, especialmente en la nuca.
No frotes las puntas: el sebo se fabrica en el cuero cabelludo, que es la zona que hay que “trabajar”. No hace falta frotar los tallos porque se dañan, ya que se limpian con la espuma que cae al aclarar.
Cabello más suave y manejable
La segunda etapa del lavado tiene como función dejar el cabello sin encrespamiento, fácil de peinar y con más brillo.
Aplica el acondicionador o mascarilla sobre el pelo escurrido, así contacta directamente con la cutícula. Ponlo solo de medios a puntas. Si quieres que penetre más en el cabello,masajea los tallos en dirección a las puntas durante el tiempo de exposición. (1-2 minutos) Aclara muy bien.
Elimina la humanidad con suaves presiones de toalla y desde la raíz a las puntas. No lo retuerzas ni lo frotes enérgicamente porque el cabello mojado es más frágil que el cabello seco.
Desenreda el pelo cuando todavía esté húmedo. Utiliza un peine de púas anchas y de fibras naturales. Si tu pelo es muy fino, pulveriza un poco de acondicionador sin aclarado para evitar los tirones.
Por último, intenta dejarlo secar al aire libre, ya que el aire caliente reseca tu pelo. Si usas el secador, aplica antes el protector térmico. Selecciona una temperatura moderada y mantenlo a unos 20 cm de la cabeza para que el cabello no se irrite ni se deshidrate.
Imagen: Pantene.
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